En nuestra línea: el GPS

Y, lloviendo como estaba, perder el track del GPS en plenos Alpes es, hablando en términos técnicos, una putada.

Para los desconozcáis la ciencia que se oculta tras los GPS de montaña, os haré una breve explicación:

Tú conoces el camino desde, por ejemplo, tu casa a, la casa en la playa de tu abuela. Bien, coges un día tu GPS y le dices que grabe el recorrido, esto es, que vaya poniendo puntos, con unos números (coordenadas) únicos, cada x metros. Lo que has grabado es el track.

Vale, entoces, un día tu madre te dice que quiere ir a darse un baño, que con el calor que hace y teniendo una casa en la playa y bla, bla, bla…pues eso, que a ver si la llevas. Pero tú no puedes, así que le das el GPS, le cargas el track que grabaste aquel día y le dices:

— En la pantalla hay un punto, que eres tú, y una raya. Empieza a andar y manteniendo el punto dentro dentro de la raya y llegarás a casa de la abuela —

Pero ahora viene lo gracioso, el GPS no puede cargar todos los puntos que le de la gana. Bueno, más bien, los que a ti te de la gana. Lo que hace es cargar, por ejemplo, 499 puntos de normal y el último de todos. Con lo que te queda una línea recta entre el 499 y el 500. Cosa poco útil a menos, claro, que se disponga de un avión o dispositivo volador similar.

Y, la verdad es que nosotros de lo del último párrafo no teníamos ni idea y, claro, lo primero que pensamos fue: «ya está, ni el GPS ha aguantado tan inhumana cantidad de agua». Así que lo dejamos secando a ver si, al día siguiente, le hacíamos entrar en razones.

Y al día siguiente, como seguíamos en las mismas, empezamos a barruntar de qué podía tratarse.

Así que entre eso, y el aviso de que el paso Pfundres (punto de nuestra ruta) estaba peligroso por la nieve, nos vimos obligados a rediseñar toda la estrategia del día: debíamos dar con un ordenador, para cortar el track en partes más pequeñas. Y eso, por no extenderme más, nos llevó prácticamente todo el día.

Di que por lo menos había dejado de llover y, quién sabe, igual el incidente del GPS nos libró de otra desgracia mayor en Pfundres, porque llevabámos intención de subir allí directamente sin consultar con nadie.

Itzi komentariyua